¿Has pensado contratar jóvenes para tus vacantes de empleo?
- Administrador
- 20 mar
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Si eres pyme o autónomo, aprovecha las subvenciones disponibles y las ventajas fiscales para contratar jóvenes y darle un impulso estratégico a tus proyectos. La inversión en talento joven no solo es una inversión en el futuro de tu organización, sino también en el futuro económico y social de nuestro país.
En el entorno actual, muchas pymes y empresas gallegas se enfrentan a retos tanto a nivel económico como estratégico. La transformación digital, la necesidad de adaptarse a nuevos mercados y el cambio en las demandas de los consumidores exigen personal cualificado, flexible y adaptado a las nuevas tendencias.
En este contexto, una opción muy interesante y rentable es la contratación de jóvenes talentos. Si estás considerando cubrir vacantes en tu empresa, contratar jóvenes no solo puede ser una solución eficiente, sino que puede aportar a tu organización una serie de beneficios estratégicos, tanto a corto como a largo plazo.
A continuación, desglosamos por qué contratar a jóvenes es una excelente opción para las pymes gallegas, y cómo puedes aprovechar los beneficios fiscales y las ayudas del gobierno para hacer más atractiva esta opción.
1. La posibilidad de moldear al joven talento a la cultura de la empresa
Una de las mayores ventajas de contratar a un joven es la posibilidad de formarlo y adaptarlo a las necesidades específicas de la empresa. Si bien es cierto que el talento joven suele carecer de experiencia profesional, sus habilidades blandas (como la adaptabilidad, la proactividad y las ganas de aprender) lo convierten en un potencial muy valioso.
Contratar jóvenes te permite:
Ajustar su formación a las necesidades concretas de tu empresa. A diferencia de los perfiles con mucha experiencia, los jóvenes tienen una mente más flexible, lo que facilita que se ajusten a tus procesos internos.
Inculcar la cultura organizacional desde el inicio. Si formas a un joven dentro de la filosofía de tu empresa, tienes la oportunidad de modelar su enfoque hacia el trabajo, sus valores y su forma de interactuar con el resto del equipo.
Innovación y nuevas perspectivas. Los jóvenes tienden a estar al día en redes sociales, tendencias digitales, y nuevas tecnologías, lo que puede aportar un enfoque fresco y diferente a los desafíos que enfrentas.
2. Contribución a un clima laboral positivo
Los jóvenes, en general, están acostumbrados a un entorno de trabajo dinámico y colaborativo. Si tu empresa tiene un equipo de trabajo multigeneracional, la presencia de empleados jóvenes puede aportar un nuevo aire fresco y ayudar a mejorar el clima laboral.
Algunos de los beneficios en este sentido son:
Diversificación de ideas y enfoques. La interacción entre generaciones diferentes en la empresa puede enriquecer el entorno laboral. Los jóvenes pueden aportar nuevas ideas, mientras que los empleados con más experiencia pueden transmitir conocimientos clave de la industria.
Motivación y energía. Los jóvenes suelen estar muy motivados por desarrollar su carrera. Su entusiasmo puede ayudar a revitalizar el equipo y contribuir a un ambiente positivo.
Reducción de la rotación laboral. Si bien la juventud puede estar asociada a la movilidad laboral, el hecho de proporcionarles un entorno donde se sientan valorados y con oportunidades de crecimiento puede reducir la rotación, especialmente si se implementan programas de desarrollo profesional.
3. El contrato en prácticas: una ventaja fiscal significativa
Uno de los mayores incentivos para contratar jóvenes es el beneficio fiscal que proporciona el contrato en prácticas. Este tipo de contrato no solo te permite integrar talento joven en tu organización, sino que también puede reducir considerablemente los costes laborales.
Los beneficios fiscales del contrato en prácticas incluyen:
Bonificación en las cotizaciones a la Seguridad Social. Las empresas que contraten a jóvenes menores de 30 años (o 35 años en algunos casos, dependiendo de su discapacidad) en un contrato de prácticas pueden beneficiarse de bonificaciones de hasta el 100% de las cotizaciones a la Seguridad Social. Esto supone un ahorro significativoen los costes de contratación.
Incentivos por la contratación de jóvenes con baja cualificación. Las subvenciones pueden llegar a cubrir parte del salario del trabajador, lo que logra que la contratación sea aún más asequible para las pymes y autónomos.
Contratos de duración flexible. Los contratos de prácticas pueden tener una duración de entre 3 meses y 2 años, lo que te permite ajustar la contratación a las necesidades de tu empresa. Además, durante este tiempo puedes evaluar libremente si el joven encaja con la cultura y las necesidades de tu empresa antes de ofrecerle un contrato a largo plazo.
4. El potencial de la contratación juvenil en sectores emergentes Si tu empresa está en una fase de transformación digital o en un sector emergente como la tecnología, el marketing digital, la ciberseguridad o el e-commerce, la contratación de jóvenes especializados en estos campos es una oportunidad para potenciar el crecimiento de tu negocio.
Los jóvenes de hoy en día suelen tener una formación más actualizada en estas áreas, a menudo adquirida a través de grados universitarios o programas técnicos. Están familiarizados con las nuevas tecnologías y tienen la capacidad de aplicar estos conocimientos rápidamente.
Adaptabilidad. Los jóvenes están acostumbrados a aprender rápidamente, lo que los hace más flexibles frente a las innovaciones tecnológicas que tu empresa pueda estar implementando.
5. El proceso de incorporación y formación continua
Si bien los jóvenes carecen de la experiencia práctica en muchos casos, son una excelente opción para aprovechar programas de formación. Las subvenciones autonómicas y nacionales pueden cubrir los gastos de formación, lo que hace que la inversión inicial en la contratación de jóvenes sea aún más atractiva.
Subvenciones para la formación: La Xunta de Galicia ofrece ayudas para financiar la formación de los jóvenes contratados, lo que facilita la creación de planes de formación específicos y adaptados a las necesidades de la empresa.
Posibilidad de mentoría: Los empleados más experimentados pueden actuar como mentores, lo que facilita la transferencia de conocimientos entre generaciones y permite a los jóvenes integrarse rápidamente en el entorno de trabajo.
Programas de formación dual: En algunos casos, los jóvenes pueden combinar su formación académica con experiencia práctica en la empresa. Esta modalidad de formación dual ofrece grandes ventajas tanto para el joven como para la empresa, al permitir una adaptación gradual y un aprendizaje práctico.
6. Un compromiso con la responsabilidad social empresarial (RSE)
La contratación de jóvenes también contribuye a la responsabilidad social empresarial (RSE). Muchas empresas buscan alinearse con valores sociales y aportar su grano de arena al desarrollo del empleo juvenil en su comunidad. Al ofrecer puestos de trabajo a jóvenes, tu empresa puede mostrar un compromiso social, además de cumplir con las normativas de empleo juvenil impulsadas tanto a nivel local como nacional.
Incorporación de jóvenes en riesgo de exclusión social: Muchos programas de empleo juvenil están dirigidos a colectivos en riesgo de exclusión. Al contratar jóvenes dentro de estos programas, tu empresa está participando activamente en la mejora de la inclusión social.
Posicionamiento en el mercado: La imagen corporativa de una empresa que se preocupa por los jóvenes puede mejorar en términos de reputación, atrayendo tanto a consumidores como a nuevos empleados interesados en trabajar en un entorno ético y responsable.
7. Flexibilidad en los tipos de contratos según el Estatuto de los Trabajadores
El Estatuto de los Trabajadores actualizado en 2024 establece una variedad de tipos de contrato que ofrecen flexibilidad tanto para las empresas como para los trabajadores, especialmente en el caso de los jóvenes.
A continuación, explicamos cómo las pymes y los auótnomos pueden aprovechar estos contratos para optimizar sus necesidades de personal y adaptar la contratación a sus circunstancias:
1. Contrato formativo para la formación en alternancia.
Este tipo de contrato está especialmente diseñado para los jóvenes que quieren acceder al mercado laboral mientras completan su formación reglada (FP, universidad o especialidades del Sistema Nacional de Empleo). Ideal para aquellos que están iniciando su carrera profesional, este contrato permite a las empresas contratar jóvenes con un nivel educativo aún en curso, proporcionándoles la oportunidad de aprender y desarrollarse profesionalmente a través de la práctica en un entorno laboral real.
Características:
Formación teórica y práctica combinada para que el joven adquiera tanto los conocimientos específicos de la empresa como una cualificación reglada.
El salario se rige por el convenio colectivo y nunca puede ser inferior al 60% o 75% del salario fijado en convenio para su puesto (según el año del contrato).
Bonificación en las cotizaciones a la Seguridad Social, lo que reduce los costes de contratación para la pyme.
Puede durar entre 3 meses y 2 años, dependiendo de la formación.
Este contrato es especialmente adecuado para las empresas que desean formar a nuevos empleados según sus necesidades y cultura organizacional, mientras que el joven gana experiencia remunerada en su campo.
2. Contrato temporal de duración determinada.
Este contrato es uno de los más flexibles y se utiliza principalmente para cubrir necesidades puntuales, como sustituciones o proyectos específicos, a pesar de que la normativa actual establece que solo puede celebrarse en los dos supuestos:
Circunstancias de la producción: Incrementos ocasionales e imprevisibles de la actividad que generan un desajuste temporal entre el empleo estable disponible y el requerido.
Sustitución de personas trabajadoras: Para reemplazar a empleados con derecho a reserva de puesto de trabajo.
Características:
La duración de estos contratos no puede superar los 6 meses dentro de un período de 12 meses. No obstante, por convenio colectivo de ámbito sectorial, esta duración máxima puede ampliarse hasta 12 meses.
Flexibilidad y adaptación: Estos contratos ofrecen flexibilidad a las empresas para adaptarse a la demanda del mercado y permiten la incorporación de jóvenes con formación reciente para proyectos específicos.
3. Contrato a tiempo parcial
El contrato a tiempo parcial se presenta como una opción ideal para las pymes que no tienen una carga de trabajo constante o necesitan ajustar las horas de trabajo según las demandas del mercado. Se considera celebrado a tiempo parcial cuando se acuerda la prestación de servicios durante un número de horas al día, a la semana, al mes o al año inferior a la jornada de trabajo de un trabajador a tiempo completo comparable. Este tipo de contrato es ideal para jóvenes que buscan compatibilizar el trabajo con estudios o que prefieren un horario flexible.
Ventajas:
Adaptación de la jornada laboral: Este tipo de contrato permite a las empresas ajustar la jornada laboral según sus necesidades, contratando personal para un número de horas inferior a la jornada completa.
Incorporación de jóvenes con formación específica: Facilita la contratación de jóvenes que buscan compatibilizar el trabajo con sus estudios o que prefieren horarios flexibles, aportando formación reciente y perspectivas innovadoras a la empresa.
Flexibilidad horaria, que permite ajustar la jornada de trabajo a las necesidades puntuales de la empresa, como en épocas de alta demanda o de proyectos puntuales.
Este tipo de contrato es particularmente útil para las empresas que están empezando o tienen necesidades de adaptación continua a la demanda, y que quieren ofrecer una experiencia laboral enriquecedora a jóvenes en formación.
4. Contrato fijo discontinuo.
Este tipo de contrato se utiliza principalmente para trabajos que se repiten de manera cíclica o que son intermitentes a lo largo del año, como en sectores estacionales o de proyectos puntuales. Aunque menos común en entornos convencionales, este contrato puede ser útil en empresas que necesitan de manera recurrente personal durante determinadas épocas del año (por ejemplo, campañas de marketing, verano, navidad, etc.).
Ventajas:
Los jóvenes contratados en este tipo de contrato mantienen la estabilidad laboral, ya que se considera un contrato fijo a pesar de que el trabajo se realice de manera discontinua.
Adaptabilidad a picos de demanda: ideal para sectores que requieren mano de obra en periodos determinados o de alta demanda, permitiendo una contratación más estable sin la necesidad de volver a hacer nuevos contratos cada vez.
Compromiso y productividad: la empresa se beneficia de la continuidad del empleo para los jóvenes, lo que genera un mayor compromiso y productividad.
Este contrato es adecuado para las empresas que operan en sectores con picos de demanda y que necesitan recurrir a personal temporal en ciertas épocas del año, pero con un compromiso de empleo fijo.
Contratar jóvenes para cubrir vacantes en tu empresa es una estrategia inteligente que ofrece múltiples beneficios tanto económicos como organizacionales. Desde la posibilidad de formar y moldear a los nuevos empleados de acuerdo con tus necesidades específicas, hasta la flexibilidad fiscal que los contratos de prácticas ofrecen, los beneficios de incorporar talento joven son claros. Además, este tipo de contratación contribuye al mantenimiento de un clima laboral positivo, fomenta el crecimiento de la empresa y mejora su competitividad, especialmente en sectores clave como la tecnología o el marketing digital.
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